domingo, 16 de enero de 2011

BOCATAS DE TODA UNA VIDA

Todo comenzo cuando un día mi madre me dijo que no había pan, ni tiempo de bajar al horno. Tampoco había pan bimbo, ni bollicaos ni galletas.

Me dio una moneda de 50 pesetas y me explico que pidiera medio bocadillo en el bar del colegio. Perdí mi virginidad con nota, con el mejor bocadillo de tortilla de patata que he probado jamás. Desde entonces siempre deseaba que no hubiera pan para volver a pedirme otro bocadillo o que un balón me tirará el mío casero, para poderle volver a pedir ese maravilloso bocata a Benito, que por aquel entonces regentaba el bar del colegio HH Maristas.

A ese primer bocata le siguieron el chivito del Pensat y Fet, la brascada de El Paso, el atómico del Bar Canovas, el Blanc i Negre de Casa Mundo, el de ternera con salsa tartara de Aquarium, el de calamakas con mayo de los Toneles (antes de guireizarse), el de bacon, queso brie y dátiles de La Xirgu, el completo con tó del horno de los borrachos, el vaquero del Trina, el frankfurt del horno de Woody, un Montesinos en el bar del mismo nombre, bombón de La Pergola, bacon-huevo-patas de la cafetería de los Naranjos, lomo-patata-bacón-pimientos-ajoaceite de la Redona, sepionets de los Yayos (el autentico), jamón, queso y tomate de El Salado, el de revuelto de alcachofas con jamón y queso philadelphia de El Rus, el de anchoas de la Espuela, Tortilla de alcachofas de Erajoma,…

Por ahora todo ha terminado el otro día, cuando un amigo me recomendó la Albergina, en Juan Llorens. Entra en el ranking de los míticos el Lomo 1 con pan de cebolla! Grande, muy grande!



domingo, 9 de enero de 2011

VOLVEREMOS, CAROLINA


Tras el parón navideño, volvemos a la carga. En estas semanas de ausencia, no hemos dejado de trabajar para el blog, haciendo el extraordinario esfuerzo, no sólo de ir a restaurantes a pesar de estar petados tras las celebraciones familiares, sino que hasta hemos descubierto algunas jugosas novedades en Valencia y hemos ampliado fronteras hacia la deliciosa cocina andorrana y francesa.

El post con el que abrimos tras el descanso navideño nos llega casi por casualidad. Tras la copiosas comidas y cenas de Nochebuena, de Navidad, de empresa, de amigo invisible, de Nochevieja, de Año Nuevo, de Noche de Reyes y de día de Reyes... anoche mismo salimos decicidos a dar únicamente un paseo por el centro de la ciudad, evitando cualquier tentació gastronómica, cuando, qué vieron nuestros ojos... dos huecos en barra en el novísimo y deseadísimo último restaurante de Quique Dacosta. Y no nos referimos al Mercatbar (que no sabemos si nos termina de acabar), sino a su nueva creación, VUELVE CAROLINA, en la calle Correos.

El restaurante, abarrotado de personas de todas las edades, era un autentico festival gastronómico. Bandejas de deliciosos manjares pasaban ante nuestros ojos mientras intentábamos concentrarnos en elegir el vino (que, de nuevo volvió a ser un Malavida, nunca falla). La carta, en su justa medida, ni demasiado breve, ni de esas que no recuerdas nada cuando terminas de leerla. Y, lo más destacable, llena de platos que pedirías sin dudar.

Finalmente nos decantamos por probar bocados conocidos y otros de esos que a Dacosta le da por innovar.

Como siempre que aparecen en carta, no pudimos resistirnos a probar las croquetas (de las que haremos un ranking más adelante). En Vuelve Carolina tienen de dos tipos: la clásica de jamón, y otra más innovadora, de hongos. Pedimos dos de cada, para no quedarnos con la duda. Sencillamente deliciosas, a destacar la de hongos, por original y jugosa.


Continuamos con un pan de cristal con anchoas del cantábrico y tomatitos. Muy recomendable.

Los langostinos en tempura con puré de tomate, aunque son un plato muy recurrente en varios restaurantes, en esta ocasión tenían un tono especial.

Una innovación que no sé si volveríamos a pedir es el cangrejo con concha blanda con salsa romescu... raro y demasiado salado.

Y terminamos con una sopita de foie con pétalos de rosa y lichis de tonos muy originales y que no estaba mal, pero que, tras una semana comiendo foie en Francia y Andorra, nos supo excesivo.

Si bien los que hemos estado en el Poblet pensbamos que con el Mercatbar Dacosta había adelantado las rebajas, sí volveremos a Carolina!! Carol, nos gusta tu comida, tu aspecto y tu rollete!!